Guía paso a paso para dibujar naturaleza muerta

Tema elegido: Guía paso a paso para dibujar naturaleza muerta. Afinemos la mirada, ordenemos la mesa y dejemos que la luz nos cuente historias a través de formas simples. Acompáñame bloque a bloque y comparte tus dudas, progresos y trucos en los comentarios. ¡Suscríbete para no perderte los próximos ejercicios!

La luz que modela la forma

Coloca el motivo cerca de una ventana para obtener luz lateral y sombras con cuerpo. La penumbra dibuja transiciones suaves y revela volúmenes. Apaga luces competidoras, controla reflejos indeseados y observa cómo la dirección de la luz cambia el carácter del conjunto. Comparte fotos de tu setup.

Papeles y gramajes recomendados

Para grafito, un papel de grano fino o medio con buen agarre facilita degradados controlados. Gramajes entre 160 y 200 g/m² evitan ondulaciones al difuminar. Haz pruebas de borrado, marca con cinta los márgenes y conserva un par de hojas baratas para calentar la mano antes de empezar.

Elegir y disponer el motivo

Una taza heredada, un limón con cicatriz, una botella vacía del verano pasado. Los objetos cotidianos cargan memoria. Al reunirlos, piensa en su diálogo silencioso: quién lidera, quién acompaña. Así, la composición respira autenticidad. Comparte en comentarios el objeto con historia que llevarás a tu bodegón de hoy.

Elegir y disponer el motivo

Busca un triángulo estable con alturas variadas y deja aire para que el conjunto respire. Evita alineaciones rígidas; mueve un centímetro, observa, vuelve a mover. Haz miniaturas en tonos para previsualizar valores y direcciones. Si dudas, fotografía varias variantes y elige la que conduzca mejor la mirada.

Bloqueo inicial: proporciones y encaje

Con el brazo extendido, usa el lápiz como regla para comparar alto y ancho, y alinear puntos clave. Marca proporciones relativas sin obsesionarte con milímetros. Una plomada improvisada con hilo ayuda a verificar verticales. Este enfoque ahorra correcciones posteriores y deja espacio para energía en el trazo.

Del plano al volumen: luz y sombra

Comienza por ubicar la sombra propia y la proyectada, luego las medias tintas y, por último, los acentos. Reserva los brillos para el final, limpios. Trabaja del general al particular, manteniendo los extremos de valor para momentos clave. Piensa en cinco escalones y evita saltos bruscos sin intención.

Del plano al volumen: luz y sombra

Difumina con intención, no por costumbre. Superpone capas ligeras en la dirección de la forma, dejando que el grano del papel participe. Refuerza con grafito, suaviza con difumino, recupera luz con borrador amasable. Menos es más: la vibración entre capas da vida. ¿Te funciona esta secuencia?

Detalles que cuentan: superficies y materiales

El vidrio se sugiere con reflejos nítidos, cambios abruptos de valor y elipses dobles consistentes. La cerámica pide transiciones más amplias y brillos controlados. Dibuja lo que ves, no lo que crees saber. Simplifica reflejos complejos en patrones claros. Comparte tu estudio de un vaso y una taza.

Detalles que cuentan: superficies y materiales

El metal pulido muestra contrastes extremos y reflejos que siguen la curvatura. La madera tiene vetas rítmicas que no deben competir con el motivo principal. Las telas suman pliegues con líneas de flujo comprensibles. Decide qué sugerir y qué definir. Sube tu detalle favorito y cuéntanos cómo lo resolviste.

Ritmo, emoción y práctica sostenida

Crea un camino con acentos de valor, repeticiones sutiles y “silencios” donde el ojo descanse. Alterna bordes duros y blandos para marcar hitos. Un profesor decía: si el ojo se pierde, la historia se diluye. Ajusta tus acentos y dinos cómo cambia la lectura de tu dibujo.
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